ARIEL LEON BACIÁN
A CONSEJERO INDÍGENA
URBANO
CON LA FUERZA DE LOS ANCESTROS
VOTA E-16
Mi
nombre es Ariel León Bacián, aymara-quechua, nacido en Iquique, con orígenes en
Mamiña. Estudié Derecho en la U. de Chile. Pertenezco desde hace más de una
década a organizaciones indígenas urbanas en la Región Metropolitana. Trabajé
12 años en el Congreso Nacional, y todos saben que durante ese tiempo no me
quedé sentado. Junto a hermanos leales, demandé contra la apropiación de
semillas-ley Monsanto y la detuvimos dos veces, apoyamos logísticamente la
demanda de Chusmiza Usmagama que recuperó el agua ancestral, trabajamos contra
la mutilación de la consulta indígena, trabajamos en favor de la
autodeterminación rapa Nui, demandamos contra el Dakar. Con las facultades del
cargo, operaré con más fuerza aún. Gané la elección anterior, pero por un
fraude procaz, se me arrebató el cargo. A nadie poderoso convenía tal triunfo.
He regresado a esta elección, con la fuerza de los ancestros.
Lucharemos
por recuperar los derechos soberanos y políticos de todos los pueblos
originarios sobre nuestros bienes y recursos naturales y nuestra cultura.
Gobernaremos y dejaremos de ser gobernados. Ese es nuestro destino. Eso
significa que los pueblos, tanto en los territorios como en la urbe, debemos
gobernar nuestros bienes colectivos. Para ello lograremos que se nos reconozca,
COLECTIVAMENTE, de facultades de gobierno sobre la lengua, la tierra, el agua,
los lugares ceremoniales, la cultura y todos los bienes de los pueblos.
Mi
propuesta es trabajar para esos objetivos, y mejorar las políticas indígenas
para hacer real la autodeterminación. Atender los territorios para que sus
Petitorios se hagan reales (desde escuelas, caminos, apoyo agrícola, agua,
ganadería), hasta los urbanos (educación propia, gratuidad, viviendas,
trabajo). Reformar la legislación para avanzar al respeto de nuestros derechos.
Mi propuesta
es la siguiente:
1.
Queremos que los pueblos originarios gobernemos nuestra tierra,
nuestra agua, nuestra lengua, semillas, medicina, educación, agricultura, y
todos los bienes soberanos usurpados. Para ello, las comunidades y asociaciones dejemos
de ser juntas de vecinos, y seamos pueblos como dice el Convenio 169, y pasar a
ser poder de Estado. Debemos gobernar, no ser gobernados. Lucharemos por
recuperar territorios, aguas y bienes ancestrales para el autogobierno.
2.
En educación,
que las organizaciones indígenas sean administradoras de sus propios colegios,
autonomía en educación, relacionándose directamente con el MINEDUC. Tenemos
profesores y expertos indígenas necesarios para implementar la autonomía en
educación, como ocurre en otros países, donde las comunidades y asociaciones
administran libremente recursos estatales para fundar sus propios
establecimientos educativos básicos o medios, aplicar sus propios programas,
metodologías, libros de texto, material educativo, etc.
3.
En vez de becas, lucharemos por gratuidad en educación superior
sólo por ser indígena. Apoyaremos la demanda de los estudiantes indígenas para
Hogares autónomos, con espacios y alimentación pertinente, que permitan el buen
vivir en comunidad, que la Universidad no implique renunciar a las costumbres,
que los profesionales egresados defiendan a su pueblo.
4.
Aumentaremos las remuneraciones de las ELCI de JUNJI y de los Educadores
tradicionales de Mineduc, con estabilidad laboral y derechos previsionales.
Mejoraremos su situación, para que haya más cobertura de ellos, y mejores
condiciones laborales, sin discriminación. Necesitamos
capacitarlos, pero ellos deben decidir sobre los programas educativos que
imparten, junto a padres y apoderados y los territorios donde trabajen.
5. En
salud, queremos un Programa Pespi (salud) autónomo, sin intermedio de
la municipalidad, co asignación y rendición directa al MINSAL, sin consultoras
que se dejen el dinero para ellas. Aumentar la autonomía que ya existe en
algunos recintos rurales y urbanos, donde somos los indígenas quienes administramos
libremente los recursos estatales. Cada centro de salud indígena debe tener su
machi o yatiri, con visitas permanentes, así como un terreno y patrimonio
propio; y contratar sus propios profesionales de apoyo, los que serán dirigidos
por los indígenas, y no al revés. Nosotros mandamos la salud. Que exista
atención médica preferente para los pueblos originarios, en tanto población
vulnerable.
6. Lucharemos
por que las Academias de
la Lengua Indígenas, tengan
mayor financiamiento, y sean personas de derecho público, no juntas de vecinos
o corporaciones de derecho privado como son hoy. Serán compuestas
exclusivamente por indígenas hablantes. No tendrán consultoras que las vigilen
en el gasto, ni estarán limitadas por la ley de chilecompras. Recibirán
recursos estatales y rendirán como lo hace cualquier servicio púbico de manera
autónoma. Para las comunidades educativas que lo deseen, lucharemos por aplicar
programas de educación de la lengua con inmersión (toda la clase en lengua
originaria).
7.
Que exista una política
urbana permanente, con énfasis en vivienda, salud y educación. Habrá buen
vivir en la ciudad para quienes migraron a la fuerza y a sus descendientes.
Ampliaremos la gratuidad por el sólo hecho de ser indígenas.
8. Impulsaremos
una agenda política para la mujer
indígena con respeto a la cosmovisión, y fondos especiales de
empoderamiento y emprendimiento. Apoyaremos la creación de un Departamento de la Mujer indígena
en el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, más y mejores capacitaciones políticas,
propondremos la paridad de género en los mecanismos de participación.
Combatiremos la doble discriminación que las afecta en el trabajo y en la salud
9.
Queremos programas con financiamiento suficiente, rotativo y
permanente para ferias
indígenas, durante todo el año.
10. Lograremos
que las bases de los programas a los fondos
indígenas sean amistosos y no
tan difíciles de llenar y de rendir.
11. Que
los indígenas tengan real
derecho a la vivienda, a través de programas especiales suficientes,
preferentes y con pertinencia para los pueblos originarios. Ya no más Fondo
Solidario, queremos un Fondo Especial de Vivienda Indígena.
12. Fomentaremos
con fuerza el financiamiento, pasantías y exposiciones de artistas indígenas, y
de los cultores que son manifestación viviente de la cultura en los
territorios, protegiendo la propiedad intelectual de los pueblos y de los
artistas y cultores.
13. Fortaleceremos
los programas de emprendimiento indígena, fomentando el turismo, la industria,
cooperativas, asociaciones de productores, así como ferias nacionales e
internacionales, y redes de exportación e importación. Los planes de desarrollo
indígena que elaboren los pueblos serán respetados.
14. Que
se implemente el derecho al
retorno a nuestras tierras, para los hermanos que quieran regresar a las
tierras de sus ancestros.
15. Que
los territorios decidan qué semillas plantar, sin transgénicos, sin estar
obligados a plantar semillas con factura impuestas por el INDAP – MINAGRI.
Lucharemos una vez más contra la ley Monsanto. Ya detuvimos el Tratado en el
Tribunal Constitucional, luego el proyecto de ley ante Naciones Unidas. Ahora
detendremos en el Congreso Nacional el TTP, nuevo tratado que venderá nuestros
bienes y semillas a las transnacionales.
16. Lucharemos
por la prohibición de la usurpación de nuestra cultura, bailes, idiomas, las
medicinas, semillas, palabras, diseños, música, no serán patentados de manera alguna. Los indígenas
controlaremos nuestros bienes soberanos. Los fondos del Estado serán
preferentemente para indígenas en estas materias. Nadie nos usurpará nuestra
cultura, ni se beneficiará indebidamente los fondos públicos usando nuestro
patrimonio. Ningún antropólogo o documentalista, podrá grabar o registrar
nuestro patrimonio sin nuestro consentimiento.
17. Que
los lugares ceremoniales (guillatuwe, kuel, apacheta, pukara,
cementerios, huacas, entre otros) sean
de propiedad y administración de los pueblos. Ningún arqueólogo podrá
excavarlas sin consentimiento de la comunidad, se respetará lo dispuesto en la
Ley Indígena y el Convenio 169 de la OIT.
18. Que
existan Autonomías
Territoriales, es decir, gobiernos tribales en los territorios indígenas, a
través de los cuales gobernemos tierras, aguas, agricultura, salud, educación,
recursos naturales, patrimonio, todos nuestros bienes soberanos. Que
nuestras autoridades tradicionales (lonko, mallku, ariki) vuelvan a dar buen
gobierno a nuestra gente, respetando a la Pacha, a la Ñuke Mapu.
19. Todo
lo anterior, lo haremos previa consulta indígena verdadera, derogando los decretos 66 y 40, que
mutilaron la consulta indígena, avanzando a que se nos traspasen las
facultades de gobernar la salud, la educación, la vivienda indígena, las
semillas, la agricultura, y los demás bienes soberanos.
20. Junto
con ello, proponer e impulsar
proyectos de ley que nos beneficien, con el sentir de los pueblos, en
materias sobre tierras, aguas, lugares ceremoniales, educación, salud, cultura,
etc.
21. Crear redes comunales, regionales y nacionales para unir al movimiento indígena y
plantear petitorios unificados.
Tengan
la confianza de que conozco la institucionalidad por dentro, y tengo las
competencias y experiencia para cumplir este programa. Esta no será letra
muerta.
Por
los pueblos, por nuestros ancestros, por los espíritus, por la Tierra.
ARIEL LEON BACIÁN, A CONSEJERO INDÍGENA
URBANO
CON LA FUERZA DE LOS ANCESTROS
VOTA E-16
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